DICTADURAS
"Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito." Giovanni Papini
ENTREVISTA A ADOLFO HITLER.
>>Yo soy un hombre del pueblo, y conozco mejor que los señores y los politiqueros cuáles son los humores y rencores del pueblo>>.
En los Estados modernos el pecado dominante es la envidia, ya sea de un Estado respecto a otro, ya de las clases entre sí dentro de cada país.
En las democracias, y a causa de la multiplicidad de cuerpos legislativos, de consejos y comisiones, los que mandan son demasiados, y sin embargo son demasiado pocos.
La masa que se ve excluida, por eso mismo se siente atormentada por celos y envidias continuos. Si la suma del poder se concentra en manos de un solo hombre, entonces las envidias se atenúan y casi desaparecen. El campesino, el obrero, el empleado inferior, el comerciante modesto, todos ellos saben que deben obedecer, pero saben también que incluso sus amos de ayer, banqueros, políticos, demagogos, nobles, están sometidos lo mismo que ellos a ese poder único. La dictadura restablece una cierta justicia de igualdad y aminora las torturas y sufrimientos causados por la envidia.
Esto explica la fortuna de que gozan los jefes absolutos de nuestros tiempos y el favor rayano en adoración que les dispensan los países más diversos entre sí.
Dicho esto calló por breves instantes y en sus labios se dibujó un gesto apenas perceptible que parecía ser un intento de sonrisa; luego, hablando en voz más elevada, continuó así: - “Como bien lo sabe usted, nuestros teólogos afirman que, en lo referente a las religiones, el paso del politeísmo al monoteísmo es un progreso admirable. Pero los teólogos de los «principios inmortales» consideran que un paso similar, en política, constituye un error y una vergüenza”.
»Si tuviera que revelar el fondo de mi pensamiento político, diría que para mí el régimen ideal seria la libertad perfecta de todos, o sea la anarquía. Mas, para que la anarquía fuera posible se precisaría una transformación radical de la naturaleza humana. La sociedad ideal debería estar formada por un pueblo de gentiles-hombres, de caballeros inteligentes, guiados por algún santo genial. Pero bien sabe usted que la honradez, la bondad y la inteligencia son muy raras y muy frágiles en todos los pueblos y en todos los tiempos. Sabe usted también que los santos escasean, y que aun cuando los hubiera, difícilmente se dedicarían al gobierno de los pueblos; siempre prefirieron practicar la renunciación a mandos, distinciones, privilegios y honores en la tierra a fin de lograr la felicidad en el cielo.
»Si el género humano hubiera sido transformado profundamente, no habría necesidad de gobernantes y mucho menos de amos de mi especie. Pero la sabiduría y la virtud de los sabios antiguos no logró cambiar a los hombres y al cabo de casi (ya más ahora) dos milenios tampoco pudo hacerlo el Cristianismo.
Si los filósofos, sabios, educadores, apóstoles y sacerdotes, hubieran hecho de los brutos seres humanos otros tantos seres amables o por lo menos razonables, no habría necesidad de monarcas, presidentes, magistrados, y mucho menos de tiranos; como los que en la actualidad se aparecen con esas investiduras de jerarcas para abusar del pueblo que es tonto, más bien apendejo padece de amnesia, pues todo lo olvida no le importa nada, solo el circo, la drama-comedia y medio comer si acaso hay…………………………..
De la misma forma, los anarquistas pretenden abolir todo tipo de tratados impositivos (es decir, aquellos que se establezcan por imposición, sin la aprobación mediante consenso de todos los ciudadanos),
La política es inseparable de una conducta ética. (Lombardo Toledano. Político mexicano
domingo, 20 de julio de 2008
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