Las medidas de prevención de la vejez achacosa deberán intensificarse y ser emprendidas desde muy temprano en la vida de las personas.
Crece población de adultos mayores de 60 años 3.7% anual en México de acuerdo a datos obtenidos del día Jueves 28 de Agosto, 2003.
La población de adultos mayores de 60 años ha crecido a un ritmo de 3.7 por ciento anual, récord inédito en la historia demográfica del país, sin embargo el 30 por ciento de ellos vive en pobreza extrema, son abandonados o tiene problemas para subsistir. No obstante, la tasa de crecimiento tiende a duplicar su tamaño cada 19 años, de acuerdo con un diagnóstico del Consejo Nacional de Población (Conapo). El ritmo de crecimiento de la población mayor de 65 años y más se ha acelerado debido al descenso de la mortalidad que ha permitido prolongar la esperanza de vida de los mexicanos a cerca de 75 años. Por lo anterior, se espera que en México el 84 por ciento de los recién nacidos llegue con vida a los 60 años de edad, cifra que contrasta con el 48 por ciento esperado en 1950. En 1930, había medio millón de personas de este segmento, que representaban poco más del tres por ciento de la población; 40 años más tarde los adultos mayores de 65 años eran 2.2 millones de personas, es decir 4.3 por ciento de la población del país. Ahora, dicho grupo representa más del cinco por ciento de los mexicanos, poco más de siete millones de personas, y se estima que en el 2050, 25 por ciento de la población tendrá 65 años o más. Por lo tanto, México contará 36 millones 222 mil 239 adultos mayores de 60 a 100 años y más, de los cuales 16 millones 656 mil 854 ancianos serán hombres y 19 millones 565 mil 385 mujeres. Debido a los elevados niveles de fecundidad del pasado, las generaciones numerosas que hoy tienen entre 37 y 50 años de edad, llegarán a constituir en el año 2030 el grupo de personas de la tercera edad, incluyendo este segmento a la población para entonces a uno de cada ocho mexicanos. En tanto que en el 2030, la población de adultos mayores crecerá a un ritmo de casi ocho veces más que la población en general, lo que significará que el ritmo de crecimiento de este segmento se acelerará hasta alcanzar un promedio anual de 4.6 por ciento durante la tercera década del presente siglo. En contraste, la tasa de crecimiento natural de la población ha disminuido al pasar de 3.3 por ciento en 1970 a 1.63 por ciento en el 2002, previéndose un descenso continuo de la misma en los años por venir. Hoy en día, la tasa de crecimiento natural del grupo de personas de 65 años y más es más del doble que la correspondiente al total de la población; dentro de 30 años esta diferencia se acentuará en forma notable, de modo que la población de adultos mayores crecerá a un ritmo casi ocho veces mayor que la población en general. La población mexicana no sólo ha envejecido como resultado del incremento gradual de su edad promedio, sino por efecto de la declinación de la mortalidad que da origen a un aumento progresivo de la esperanza de vida y, en consecuencia, a que un número cada vez mayor de personas llegue con vida a edades avanzadas. La población de la tercera edad ha ganado mayor peso relativo dentro de la población local, también como resultado del descenso de la fecundidad que se refleja en un número menor de nacimientos, por lo que las generaciones más jóvenes tienden a ser menos numerosas. De este modo, a la par que envejecen las generaciones del pasado, es decir, las que nacieron en contextos de fecundidad aún elevada, las nuevas tienden a ser cada vez más reducidas. El índice de envejecimiento del país nos da un panorama de los cambios en la estructura por edad de población. Este índice se define como la cantidad de personas de 65 años y más por cada cien jóvenes menores de 15 años, cifra que ascendió a casi 16 en 2002 y se prevé alcance valores de 23 y 40 personas de 65 años y más, por cada cien jóvenes menores de 15 años, para el 2010 y 2020, respectivamente. Así, en poco menos de 20 años, la proporción de personas de la tercera edad, por habitantes entre 0 y 14 años, habrá ascendido a más del doble. El Distrito Federal es el lugar más envejecida del país, mientras que Quintana Roo, Chiapas y Tabasco son las entidades más jóvenes. El proceso de envejecimiento de la población no ha sido experimentado con igual ritmo en todas las entidades del país, y ello se relaciona, entre otros factores, con las características de la dinámica demográfica en cada una de ellas. Estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud indican que entre 1997 y el 2025, México estará entre los diez países donde el aumento porcentual previsible de la población de adultos mayores será mayor. De este modo, a mediados de la segunda década del presente siglo, el país ocupará la posición 18 dentro de la región latinoamericana, en lo que a índice de envejecimiento. No obstante, el número de personas de la tercera edad con algún tipo de deterioro funcional crecerá de dos millones en 2002, a 7.3 millones en el 2030.Lo anterior implica superar los rezagos que enfrenta el país en materia de preveer y garantizar las capacidades básicas para que los adultos mayores estén en posibilidades de conducir su vida, sus proyectos y actúen activamente como ciudadanos. Una aproximación a estos rezagos se obtiene del Indice de Desarrollo Social de los Adultos Mayores, elaborado por el Conapo, que considera capacidades básicas de las personas, las relativas a la salud, la educación, el empleo, el acceso a redes de protección social y la calidad de vida. De acuerdo con los datos de este índice, ningún municipio del país puede ser clasificado con un nivel de desarrollo social muy alto y sólo la delegación Benito Juárez, del Distrito Federal, registrará un desarrollo social alto. Ello implica que del total de adultos mayores del país, sólo 37 mil, que representan el 0.8 por ciento, gozarán de un nivel alto de desarrollo social. En contraste, siete de cada diez adultos mayores vive en contextos donde su desarrollo social es bajo o muy bajo, lo que en números absolutos significa más de tres millones de personas. En una situación intermedia -estrato medio del desarrollo social- se encuentran 1.4 millones de adultos mayores que representan 30 por ciento del total de personas de la tercera edad del país. Por otro lado, el envejecimiento demográfico acelerará la transición hacia un perfil epidemiológico dominado por los padecimientos crónico degenerativos y el peso de la enfermedad y de la muerte se desplazará cada vez más hacia los grupos de mayor edad. En consecuencia, los problemas de discapacidad y de deterioro funcional de los adultos mayores serán muy visibles en la sociedad. Se estima que el número de personas de la tercera edad con algún tipo de deterioro funcional crecerá de 2.0 millones en el presente año a 7.3 millones en 2030 y 15.9 millones en el 2050. Estas cifras indican que las acciones de promoción de la salud y de prevención de la vejez achacosa deberán intensificarse y ser emprendidas desde muy temprano en la vida de las personas. En la actualidad, de los poco más de siete millones de adultos mayores que hay en el país, unos 1.5 millones reciben alguna pensión o jubilación y se trata, por lo general, de ingresos insuficientes para atender sus necesidades.
domingo, 6 de diciembre de 2009
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